martes, 10 de febrero de 2009

PAREN EL MUNDO






Y... sin embargo... hay veces que me alcanza el desánimo. Que empiezo a ver los tonos grises. Que siento que alguien puso, otra vez, palos en las ruedas del carro del que tiro.

Lo único que lamento de esta entrada es dar motivos de satisfacción a quien se alegrará de leerla (pequeño mundo el suyo).

Pero me cansé de no-decir. Ya sé que ya no soy escuchada (por eso ya no hablo)... pero soy leída (por eso escribo)... y a veces se necesita.

Por lo menos, sigo conmigo.

1 comentario:

  1. Basta, M. déjame la depresión a mí, tu amigo. Dices temer darle satisfacción a quien te sepa mal, pues me parece más bien triste; qué pequeño, mezquino y torpe debe ser para sentirse contento del pesar de otros. Sobretodo de alguien a quien conoce. Será porque siempre continúo siendo amigo de mis amigos, porque ellos me conocen y me perdonan, yo los conozco y los acepto. Con eso basta. Sonríe como cuando te fotografiabas con tus ídolos musicales, alégrate con tu ‘coche’ nuevo, llévalo a una carretera larga, poco transitada, y recréate en mirar el cielo a lo lejos. Deja atrás el pesar. Me gustaría estar ahora allí, intercambiaríamos cuentos deprimentes y reiríamos al reclamo de: eso no es nada, a mí me va peor porque…
    JC

    ResponderEliminar


Get a playlist! Standalone player Get Ringtones