sábado, 7 de febrero de 2009

CALCETINES

Una canción de Víctor Manuel dice ' ¿a dónde irán los besos que guardamos, que no damos...?'



Yo tengo mi propia versión que es '¿a dónde irán los calcetines que no salen de la lavadora?'



Los he buscado por todas partes, he analizado todas las opciones: que no hubieran llegado a entrar, que se hayan mezclado con una sábana y estén 'rebujados' por ahí... todas, todas las opciones. Hasta he llegado a desmontar en más de una ocasión el filtro de la lavadora, por si las flies... pero nada.



He hablado del tema con mucha gente y es un mal generalizado. En todas las casas hay un cajón con calcetines solteros. Nadie sábe dónde fueron a parar sus parejas. Y no importa que sean de mujer u hombre, de niño, bonitos, feos, lisos o de rayas... desaparecen ¡y punto!



Llego a pensar que tienen vida propia, y que son rebledes. Se niegan a vivir toda la vida pegados a los pies, soportando todo el peso de un cuerpo. No puedo culparles, la verdad es que no me gustaría ser uno de mis calcetines.



También me acuerdo mucho de 'los diminutos' aquellos 'pequeños seres bondadosos' que vivían detrás de las paredes de nuestras casas y se llevaban a las suyas los objetos que consideraban que les podían hacer servicio... un calcetín debe ser para ellos el equivalente a un magnífico nórdico... quizás...



Una vez aceptado el hecho, busqué soluciones. Hay quien se limita a comprar todos sus calcetines exactamente iguales, generalmente negros. Así aunque se sigan perdiendo no importa mucho, porque siempre tienes otro para hacer pareja. Pero es que a mí me gusta llevar calcetines de colores, a ser posibles rojos, fucsias, lilas.... (si, ¡yo soy así!)



Otra opción es atarlos antes de lavarlos, por parejas. De esta forma también puede ser que se pierdan, pero se pierden los dos a un tiempo, y no tienes que mantener un cajón de calcetines solteros. Pero eso da mucho trabajo y, la verdad, no creo que queden muy limpios si les haces un nudo antes de entrar a la lavadora. Una versión de esta solución es meterlos en los bolsillos de la ropa... creo que cuando salgan aún olerán a sudor!!!



Yo hace tiempo que opté por la última opción: comprar en los chinos unas bolsitas de rejilla que se cierran con una cremallera... metes a toda la familia calcetinera dentro, cierras y la bolsa entera va a la lavadora... y cuando la sacas...¡¡allí están todos!!... ese momento de tenderlos, y comprobar al acabar de vaciar la bolsa que no falta ninguno es casi orgásmico.. te apartas del tendedero observando toda tu colección, atados por pinzas... por parejas (eso si, los tiendo por parejas para que luego sea más fácil doblarlos y guardarlos, y de paso evitar la posibilidad de fugas in extremis)



Y de paso, con esta opción de la dichosa bolsita queda científicamente demostrado mi primer punto del estudio sobre la vida de los calcetines:



'Los calcetines no saben abrir cremalleras'


Pero por lo visto, está todo inventado. Ojo al video !!!


1 comentario:

  1. ¡A mí me pasa! Me los quito de noche y los arrojo por ahí, a simple vista (si no estoy acompoañado, entonces finjo lo que no soy y los meto dentro del zapato) y a la mañana siguiente no están. Creo que van exactamnte al mismo lugar donde se pierden los bolígrafos.
    JC

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